NICHO DE DOMINGO CORTES, director del circo Cortes
Escondido en nuestro
cementerio tenemos enterrado al dueño de un circo, don Domingo
Cortés Ferrant.

Es un nicho muy sencillo de mármol rosáceo que se divide en dos partes, a la izquierda el nombre del fallecido y su oficio, y a la derecha la fecha de su fallecimiento y edad, y, en medio, separando las dos partes, una cruz. Su única decoración está en los laterales, son formas redondeadas que recuerdan un poco al circo.
Desde el siglo XIX, los circos fueron los lugares de entretenimiento de muchas familias ya que englobaba a todos púbicos, hay que pensar que además de los toros y el teatro, el circo era un lugar más familiar.
Domingo Cortes Ferrant nace en Tarragona en 1860, siendo muy joven marcha a Valencia para abrir un gimnasio que al no tener mucho éxito le hizo decantarse por el circo. Curiosamente ningún familiar provenía de este mundo, él fue el primero.

Casó con la turolense María Pérez Polo, no sabemos el año, y del matrimonio nacieron Adelina, Eluteria, Secundino y Aurelia.
El circo Cortés debió ser en un principio más gimnástico porque en prensa histórica valenciana, en 1904, nos dice que utilizaban trapecios, cuerdas, barras paralelas, anillas,...; y Domingo Cortés era conocido como el profesor gimnástico Domingo. Con el tiempo fueron incorporando otro tipo de atracciones como cómicos, acróbatas, bailarines de cuerda y malabaristas.
Pasaban el año entero de función en función, y donde más funciones realizaban eran en la Comunidad Valenciana, en Valencia capital, Sagunto, Castellón de la Plana, Almazora, Burriana, Alicante otras comunidades, como Albacete, Orihuela, Murcia, Almería, Zaragoza,....
A Teruel el circo Cortes empezó a venir a partir del año 1915, y siempre aparecían para las fiestas de mayo, cuando se quedaban el mes completo.

La primera noticia del Circo aparece en el periódico el Diario Turolense, el 26 de mayo de 1915. Nos dice el Diario que el sábado debutaría en Teruel el Circo Cortes, ya que los artistas habían llegado ya a Teruel y estaban montando el barracón en el Ferial, que estaba en la Ronda de Ambeles. La troupe estaba compuesta por unos 30 artistas, entre los que figuran los notables Clowns Kiko, Martinete, Nolo y Barrera. El 29 de mayo se inauguró el Circo Cortes y hubo tanta afluencia que tuvieron que doblar la sesión.
El 7 de junio el Mercantil nos cuenta una noche en el circo:
"Anoche aplaudimos sin reservas la limpia ejecución en el trapecio de Monsieur Polo y reímos la gracia del notabilísimo cómico Anastasi. Admiramos la belleza y agilidad de Las Lecusson, y celebramos la dirección del jefe de la troupe. Y por último entre otros números todos a cual mas notable, y sin contar la pantomima final y los trabajos bufos de los Clons Nolo, Kiko, Martinetti y el tondo Barrera, que nos hicieron reír con sus astrakanadas nos complació extraordinariamente, la habilidad y equilibrio de la gentilísima malabarista señorita Eleuteria, que juega con objetos sobre una bola rodante por una tabla en equilibrio. Todos los números fueron aplaudidos, porque sin dignos de verso y admirarse y el público que ha preferido esta diversión a otras que había estas ferias, no cabe duda que seguirá honrando con su existencia el Circo Cortés para que su propietario nos presente nuevas atracciones".
Volvió el circo a Teruel el año siguiente, en 1916, pero ese año no fue muy bueno pues durante algunos días no hubo función, unos días por mal tiempo y otros por problemas médicos de alguno de los artistas. El día 15 de junio el circo Cortés actuará a beneficio de la familia Frediani, y, en esa sesión, tomará parte el joven turolense Ángel Pescador, que actuará como caballista.

No volvemos a tener noticias del circo hasta 1922, cuando el periódico La Provincia nos dice que el Circo Cortés inauguraría su temporada el jueves a las nueve y media de la noche; además nos dice:
"como ocurre todos los años, una de las principales atracciones de la feria, por no decir la primera es el Circo que dirige el veterano y popular señor Cortes, porque en su compañía entran notabilísimos números tanto nacionales como extranjeros: trapecistas, acróbatas, malabaristas,.... La niña de 14 años Angelita Pérez es una monada y notabilidad en los arriesgados trabajos que ejecuta en el trapecio. Todas las noches atrae la admiración del público que llena el circo. Otro escogido número lo constituyen los Pacos, matrimonio de piramidistas, cuyos equilibrios, contorsiones y demás alardes de flexibilidad, presuponen, tenemos que creerlo así, la previa desconyuntación de todas las articulaciones. Los hermanos Pérez figuran en la compañía con la denominación de perchistas, porque efectivamente se cuelgan el uno del otro con notables ejercicios, encaramándose a las alturas con prodigiosa habilidad. Estas noches han llamado poderosamente la atención los equilibristas en escalera hermanos Martínez y particularmente la niña que tiene doce años. Para apreciar todo el merito de estos artistas es necesario ir a pasar un agradable rato al circo acrobático del veterano Cortes".
Vuelven en 1923, pero ese fue un mal año para el circo ya que cuando iban a llegar a Teruel, el ayuntamiento no les había dado todavía un lugar para instalarse. Por si fuera poco, el 29 de mayo Domingo fue multado por la guardia civil por pescar en el río de forma clandestina. El 5 de junio fallecerá en Teruel Domingo Cortes a la edad de 63 años. A sus funerales acudió casi toda la ciudad ya que era un hombre muy apreciado. La banda municipal acompaño la conducción del cadáver al cementerio.

Al año siguiente, 1924, vuelve el circo, ya dirigido por Secundino Cortés (hijo de Domingo) y el circo pone un anuncio en el periódico La Provincia diciendo que el circo no ha cambiado después de la gran pérdida, que sigue siendo el mismo y que no va olvidar sus funciones habituales; y para terminar deja claro que el circo Cortés mantiene heroicamente el prestigio vinculado a su apellido. Pero tampoco éste será buen año ya que el día 3 de junio sufrirá un hundimiento a cauda de las tormentas. Se nos dice que "los feriantes próximos al lugar y los empelados del talles y redacción La Provincia tan pronto como oyeron los hay de algunas personas, acompañaron al sereno Pablo Muñoz hasta el circo para ver qué había ocurrido. Cuando llegaron encontraron todas las maderas, hierros y trebejos del circo tirados por el suelo ya que se había venido todo abajo. Los que dormían en el circo mismo salieron con muchas magulladuras y hasta con contusiones en piernas y brazos. Lamentamos el incidente".
Ese año ocurrió un suceso muy peliagudo en Madrid que llego hasta Teruel. Lo conocemos gracias tanto a varias publicaciones de Madrid como a La Provincia de Teruel que nos van informando sobre dicho suceso.
"El hecho ocurro el 24 de mayo en la calle de Hilarión Eslava, donde vivían tres niñas, María del Val Paredes, de 6 años, Angelita Cuevas Guillén, de 7 años y María Ortega Guirao, de 10 años. Ese díaMarian Escudero, maestra de instrucción primaria, que daba lecciones a estas tres niñas, pide a la madre de una de ellas que le hiciese el favor de mandar a la niña a comprarle patatas al mercado "El Progreso". Las tres niñas se fueron juntas a hacer la compra solicitada. A partir de aquel momento no se las volvió a ver nunca más. Las madres de las niñas, al ver que no regresaban fueron a la tienda y allí les dijeron que las niñas se fueron con el pedido. Después de una pequeña búsqueda por el barrio fueron a poner una denuncia en la comisaría. De primeras, no les hicieron mucho caso. El abuelo de una de ellas dijo a la policía que observó a un hombre siniestro, enjuto, de ojos saltones, con una larga blusa blanca, con un envoltorio bajo el brazo, dando vueltas por el barrio, al cual persiguió pero le perdió la vista después de que este empezara a correr. Pero este no fue el único investigado. También se persiguió a un cura al que se le había visto jugar con niños en el barrio, a una curandera y a un grupo circense de gitanos, llamados "Los titiriteros", que estaban acampados en la Pradera de San Isidro y que se marcharon de Madrid el día de la desaparición. También se investigo al circo Cortes, ya que en él trabajaba un hermano de María del Val, llamado Miguel de 18 años. Este se había integrado en un trió de acróbatas junto a Luigi Pilar y una mujer constituyendo los "The Great´s Pilar" En este momento estaban en Teruel celebrado las fiestas de la ciudad. Hasta Teruel se desplazaron varios agentes de la vigilancia para poder entrevistar a Miguel; al final se le dejo esta pista porque tampoco tenía salida. Tras varios meses de búsqueda en agosto de 1924 el juez encargado del caso mandó interrogar a Marian Escudero, la maestra de las niñas y fue detenida el 6 de agosto. Pero al poco tiempo salió en libertad; y al final no se pudo resolver el caso ya que no se encontró culpable".
El 11 de junio fue la última actuación del circo en ese año ya que no pudieron prorrogar la temporada como otras veces porque tenían un contrato para Valencia. Y al final del mes el periódico La Provincia nos informa que se estaban desmontando las casetas de los feriantes del circo.

Dos años después, 1926, el periódico Teruel nos dice que el barrista Saturnino Cortes ha solicitado permiso desde Burriana, el sitio de costumbre desde el que venían, en la próxima Feria de San Fernando. Llegaron a Teruel el 19 de mayo, y ese año Secundino pidió al gobernador permiso para celebrar en la Plaza de Toros un espectáculo de circo y la lidia de dos becerros. El día 12 de junio se hace el espectáculo gimnástico, acrobático y al final se torean los dos becerros por el dueño del circo. Para este espectáculo Saturnino Cortes ha invitado a la función a los niños y las niñas de la casa de la Beneficencia. Antes de que marcharan de Teruel, un grupo de amigos y admiradores obsequiaron una cena intima de despedida en el hotel de Aragón, a los perchistas Ernesto Pérez y al maromista Frankoko´s, jóvenes artistas del acreditado circo.
Volvieron los años 1927, 1928, 1929, 1930, 1931 y 1932; y, como los años anteriores, volvieron a repetir los actos taurinos de la plaza de toros.
En 1928 el periódico Teruel del 5 de mayo de1928 nos dice que, como cada año, un día no habrá función por la misa por el alma de Domingo Cortes que se celebrará en la Iglesia de San Andrés.

En 1929 vuelve a la Ronda el circo Cortes. El día 5 de junio, ese año el circo no tendría función por respeto a la muerte del doctor Miguel Ibáñez. Antes de marcharse, el circo denuncio a Bartolomé Torrecilla García, vecino de Teruel, por el robo de las ropas de un dependiente del circo.
Durante 1930 hubo varias funciones anuladas pues ese año fue un año muy frio; y 1931 fue un año malo ya que no se consiguió llenar el aforo.
En 1932 vuelve el circo con otro nombre, se le denomina Gran circo Cortés. Ese año tuvo un existo total y que tuvo lleno todos los días.
A partir de 1933, el Gran Circo Cortes dejó de venir a Teruel y, en su lugar, vino el Gran Circo Maravillas.
El Circo Cortés superó la Guerra Civil, y estuvo dando funciones al menos hasta 1950.